miércoles

Walker Evans


En 1935, superada la crisis económica que tuvo lugar en EEUU, el presidente Roosvelt llevó a cabo una campaña donde se encargo a un grupo de fotógrafos que plasmaran con sus cámaras la situación en la que vivían los granjeros del país después de la recesión. Esta iniciativa se llamaba Farm Security Administration. Donde más fotografías se tomaron fue en la zona más rural de los Estados Unidos, el suroeste: Arizona, Nevada, Oklahoma... Uno de los fotógrafos más conocidos de la FSA, que consiguió crear escuela dentro del mundo del fotoperiodismo y a mi parecer, conseguir las fotografías más demostrativas de esa época junto a Dorothea Lange, fue el fotógrafo de San Louis Misuri, Walker Evans.


Floyd y Lucille Burroughs Hale County Alabamal 1936


Evans consiguió durante esos años hacer llegar a la gente ignorante y desinformada de las grandes ciudades capitalistas la dramática situación en la que vivía la población rural del país. Pero lo que más impresiona de Evans, y lo que este consiguió dejar para la posteridad es el método que utilizó y la mirada poética que plasmaba en sus fotografías realizando asimismo una crítica social. Sus fotografías no necesitan explicación alguna, ya que cada retrato en concreto muestra un mundo diferente, en el caso de las fotografías que acompañan este texto todas giran alrededor de la vida del granjero de Alabama Floyd Burroughs y sus hijos. Cada escena cotidiana, cuanto más sencilla es, más belleza alcanza.


Las botas de trabajo de Floyd Burroughs


El año pasado tuvo lugar en Madrid una exposición donde se exhibían todas las etapas de la trayectoria de este fotógrafo y debido a que yo por entonces no tenía la suerte de saber de su existencia, no acudí. Estas cosas suelen ocurrir, descubrir un grupo y que ya esté disuelto o que el concierto en la ciudad más próxima lo hayan ofrecido una semana antes de tu descubrimiento, son cosas que en esta vida frecuentemente suceden. Supongo que tendré que ir planeando un viajecito al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Quizás mañana, en lo que dura una pausa de estudio, me acerco a la gran manzana para gozar de las fotografías de Walker Evans. No se qué detesto más en estos casos, el tiempo o la distancia.

Charles y su padre Floyd Burroughs, Alabama.