domingo

K-OSO

Hace relativamente poco que descubrí la serie Doctor en Alaska. Como deben saber aquellos que la hayan seguido, cada capítulo se convierte en un verdadero mundo que sin ofrecer grandes cosas, visual y artificialmente hablando, atrapa de un modo cotidiano y de lo más humilde al espectador. La trama en si, gira entorno al choque cultural que sufre el doctor neoyorquino Joel Fleishman al verse obligado a mudarse a la aldea alasqueña de Cicely. En cierto modo, me jugaría cualquier cosa a que incluso la persona más urbanita del mundo puede encontrar entrañables a los habitantes de Cicely y el modo de vida que el pequeño pueblo representa.



Hay algo que convierte la serie en algo más que una curiosa historia, algo que le da a Doctor en Alaska aquella pizca trascendental que consigue que algo se te quede gravado en la memoria, o que si más no, te emocione. Se trata de la emisora K-OSO, cuyo único locutor es Chris Stevens. Me atrevería a decir que junto a la tensión sexual no resuelta entre Joel y Maggie, el otro pilar fundamental que ayudó a Doctor en Alaska a convertirse en una serie de culto, fueron las profundas reflexiones de Chris.


Muchas series han intentado seguir el hilo, como ya he dicho, trascendental, de la emisora K-OSO, pero a mi parecer pocas llegan al nivel de reflexión y pura filosofía al que nos transporta Chris con sus aparentemente sencillos pensamientos. Debido a que hoy la cosa va de palabras, no hay nada que yo pueda decir mientras podáis escuchar algunos minutos de la K-OSO




1 comentario:

Anónimo dijo...

wOw! Sincerament no havia vist mai aquesta sèrie. M'encanten les reflexions de "l'home de la radio",és filosofia de la més profunda...els constants interrogants de l'home. Genial.

Marc Lozano

PSD: no sabia que tenies blog!